Muchos son los que le dan vueltas a su cabeza por la derrota de los claramente favoritos Miami Heat el pasado lunes en su propia cancha en el primer partido de la semifinal de la Conferencia Este que les enfrenta a los Chicago Bulls. A priori, los Bulls sin su estrella Derrick Rose, deberían ser un plato no muy difícil para unos Heat que en el primer partido de esta serie saltaron a la cancha dormidos y algo confiados.
A pesar de la superioridad de Miami, hay que recordar que Chicago durante la temporada regular cortaron la increíble racha de 27 victorias consecutivas de los Heat, dejando esta marca como la segunda mejor de la historia, solo por detrás de los 33 triunfos seguidos que lograron los Lakers en 1972. El problema es que los Bulls para este partido tenían las importantes bajas de Luol Deng y Kirk Hinrich.
Otro aspecto importante de este partido era el factor cansancio, y es que los Heat venían de casi una semana de descanso tras barrer cómodamente a Milwaukee por 4-0. Sin embargo, los Bulls venían de vencer a Brooklyn Nets en una serie durísima que se alargó hasta el séptimo partido y ello había hecho que solo hubieran tenido un día de descanso para afrontar este partido. Aunque puede que esto fuera la razón de que Chicago saliera con más concentración y agrevisidad al partido, algo que Miami no consiguió imponer en el encuentro quizás por esa falta de ritmo de competición.
Hay que destacar que antes del comienzo del partido, Lebron James recibió ante su público el galardón que le coronaba como MVP de esta temporada.
El caso es que a pesar de todas estas circunstancias los Bulls a base de lucha, entrega, fuerza y coraje y liderados por su base Nate Robinson dieron la campanada de estos playoffs y vencieron a los Heat en Miami por 86-93 y poniendo el 0-1 en la serie. Como decimos, Robinson fue decisivo con sus 27 puntos (8/16 TC, 3/8 T3 y 8/10 TL), 24 de ellos en la segunda parte y 7 en el parcial final de 0-10 que terminó decantando el partido para Chicago, además el pequeño base repartió 9 asistencias y capturó 4 rebotes, y al final del partido hizo las siguientes declaraciones que hablan a las claras de la intensidad y la entrega que pone su equipo en la pista:
"He jugado con algunos equipos duros, pero este de los Bulls es algo diferente, el grupo tiene algo especial."
Por parte de los Heat, el mejor, como casi siempre, fue Lebron James que terminó con 24 puntos (8/17 TC), 8 rebotes y 7 asistencias. Wade aportó 14 puntos y 4 asistencias, mientras que Bosh solo sumó 9 puntos y 6 asistencias. Está claro que el "Big Three" puede dar mucho más.
Sin embargo, a pesar de este duro golpe para los jugadores de Miami, éstos siguen siendo favoritos para ganar la serie. Shane Battier, el alero de los Heat, afirmaba al final del encuentro que para llegar a donde ellos quieren, a su objetivo, el anillo, debían recibir golpes como estos, y tendrían que pasar y sentir lo que sentían en esos momentos posteriores al final del partido.
Veamos que dan de sí los siguientes partidos que sin duda se preveen muy emocionantes. Lo que está claro, es que los Heat van a salir a muerte y no van a volver a dejar sorprenderse e intentarán cerrar la serie por la vía rápida. Por otro lado, sigue la incógnita de Rose, que siempre se especula si estará disponible para el siguiente partido. Lo que sí es seguro, es que esta serie nos va a dejar mucho espectáculo, y es que estamos en una semifinal de Conferencia de los playoffs de la NBA.
Escrito por @zonadetiro
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