Este
pasado verano Oklahoma City se encontraba en una encrucijada, y es que no se
podían permitir en su espacio salarial mantener a Serge Ibaka y James Harden en
su plantilla, debían decidir a quién renovar y a quién traspasar. El 27 de
octubre toda la NBA quedó desconcertada cuando de forma sorprendente se consumó el traspaso de James
Harden a Houston Rockets.
Era
difícil preveer el nivel que podía alcanzar Harden, estaba claro que los
Rockets le otorgaban al escolta el liderazgo de la franquicia, pero nunca
habíamos visto a “the black barba” con
ese rol. En Oklahoma, se había ganado el respeto de la liga convirtiéndose en
el mejor suplente de la temporada y siendo clave en todos los éxitos que
consiguieron los Thunder, pero ¿realmente podría ejercer de estrella en un
nuevo equipo?
Pues
bien, a las pocas horas de llegar a Houston, jugó su primer partido en Detroit,
y anotó 37 puntos, repartió 12 asistencias y capturó 6 rebotes, estableciendo
su récord personal de minutos jugados y de tiros lanzados, pero es que en el
siguiente partido, en Atlanta, consiguió la mejor anotación de su carrera con ¡45
puntos! De esta forma, Harden dejó boquiabierto a toda la NBA, demostrando todo
el potencial que guardaba dentro y que no había podido explotar en Oklahoma.
Tras esas tremendas exhibiciones fue elegido jugador de la semana. Por supuesto
se metió a toda la afición de Houston en el bolsillo.
Desde
entonces, James Harden ha acumulado partidazo tras partidazo, siendo claramente
el mejor jugador de los Rockets esta temporada. Ha sido nombrado 2 veces
jugador de la semana y ha sido elegido para su primer All-Star, consolidándose como
uno de los iconos de la NBA. Sus números esta temporada se han multiplicado con
respecto a su estancia en Oklahoma, Harden está promediando 26.3 puntos (5º de
la liga), 4.5 rebotes y 5.8 asistencias.
Uno de
sus momentos más especiales esta temporada se produjo el 20 de febrero, Houston
recibía en el Toyota Center a Oklahoma City Thunder. Pues ante sus ex-compañeros,
a Harden se le ocurrió realizar el mejor partido de su carrera anotando 46
puntos y haciendo morder el polvo a la franquicia que le vió crecer como
jugador.
Pero
como todo gran jugador que se precie, Harden no solo ha destacado
individualmente, the black barba ha devulto la franquicia texana a puestos de
playoffs, siendo esta una temporada muy ilusionante para los Rockets.
Pero lo
mejor de esta historia es que solo acaba de comenzar, y es que Harden tiene 23
años y toda una carrera por delante en la podrá seguir creciendo y quien sabe
hasta donde podrá llegar este jugador con un look tan singular y hasta donde
podrá llevar a los Rockets. Sin duda, la barba ha conquistado Houston.
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