Cuando eres uno de los equipos modestos cualquier victoria es gratificante, pero si además es ante tus aficionados y contra el mejor equipo de la competición, la satisfacción es el doble, pero si además esa victoria es con una canasta en el último segundo, la explosión de felicidad es máxima, y si esa canasta es como esta entonces ya no se te olvida jamás:
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